Podría hacer un post cortito, cortito, solamente diciendo: “Quita la tele”.
Pero vamos a profundizar un poco más, para entender realmente las razones y porqués de esta decisión. Veremos todo lo que podemos hacer para conseguir un entorno de ocio para toda la familia.
Vamos allá
En muchísimas casas de nuestra sociedad, la tele ocupa el lugar de honor en el salón. Piénsalo, es como un retablo de una iglesia con la deidad justo en el centro. Como un altar.
Estoy a favor de las pantallas, pero como una herramienta y como otra opción más de ocio, no como el centro de la vida en el hogar.

Nuestra experiencia
En nuestro caso, hace ya años (mucho antes de la maternidad) que no hay tele en casa. Solo vemos pelis y alguna serie en el ordenador, de forma esporádica.
Desde que nacieron los peques, casi ni eso. Ahora si les apetece vemos una peli o serie, o jugamos con el ordenador (siempre controlando qué están viendo). Pero el espacio común de la casa, el salón, no es un lugar dedicado a sentarnos a ver la tele.
¿Por qué hacerlo?
Sabes que eres el ejemplo a seguir para tus peques. ¿Seguro que quieres que su ocio sea la tele? Imagínate a tu hijo/a con 20 años: ¿qué te gustaría que hiciera en su tiempo libre?
Todo lo que ven, todo lo que viven, les prepara para su futuro. El problema no es ver la tele, el problema es que sea su único ocio.
Pequeños cambios en tu hogar harán de él un lugar más nutrido, más inspirador para tus peques.
Pero… ¿Cómo puedes crear un salón inspirador?
Nuestra propuesta es que, dado que el salón es una zona común, la convirtamos en un lugar de ocio familiar.
Las adaptaciones dependerán en gran medida de la edad de tu peque y de vuestros gustos e intereses: bailar, leer, pintar, manualidades, acrobacias, costura…
Ideas y pequeños cambios
A continuación te proponemos algunas ideas para que consigas un entorno nutrido e inspirador para tus hijos/as.
Las zonas amplias diáfanas o con muebles fáciles de mover son las que mejor funcionan. Así dejaremos un espacio para actividades de movimiento, como bailar, saltar, yoga, equilibrios…
Una alfombra es una buena opción si tu peque es aún bebé. Así, podréis compartir un espacio en el que, mientras tú lees, o incluso trabajas, pueda investigar algún objeto o juguete.
Una mesa despejada es ideal para cualquier actividad, desde pintar, hacer un puzle o jugar a un juego de mesa.
Instrumentos para improvisar, tocar, crear… Pueden ser instrumentos de verdad o creados por vosotros mismos. Los momentos de cantar y tocar juntos es algo que se ha perdido en gran medida, y es una lástima. Este tipo de actividad genera grandes vínculos, además de potenciar múltiples habilidades.


Como te comentábamos en el post “Entorno nutrido: cocina en familia”, es importante que esté a su altura todo lo que puedan usar: puzzles, cuentos, juegos de mesa… Explícales cuáles son las reglas de cada actividad: “solo se pinta encima de la mesa” o “cada vez que uses un puzzle, recógelo para que no se pierdan piezas”.
Zona de lectura: sillones, cojines para el suelo… tanto para leer cada uno a su aire, como para leer en alto. Leer no tiene por qué ser solo una actividad para antes de dormir.
Decoración: coloca a la altura de tu peque una cuerda con pinzas o un tablón de corcho en el que poner sus dibujos. De esta manera, fomentas la creatividad y la autogestión, además de la confianza en sí mismo/a al dar a sus creaciones un espacio para exponerlas.
Espacio de tiempo fuera positivo o rincón de la calma. El salón, al ser una zona común, es perfecto para crear un rincón de la calma al que podamos ir, cualquiera de las personas de la familia, cuando sintamos que necesitamos alejarnos y estar a solas. En otro post hablaremos del tiempo fuera positivo, pero adelanto ya que no tiene nada que ver con el típico rincón de pensar.

¡Espero que todas estas ideas te sirvan para convertir tu salón en un lugar inspirador de ocio en familia!
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